jueves, 21 de mayo de 2009

Las cosas son como son.


A veces aún se me ponen los pelos de punta al pensar todo lo mal que lo he pasado por mi cuerpo. Recuerdo cuanto se reían de mi en el colegio. Recuerdo como mis compañeros, cuando me iba a sentar a su lado, me gritaban que me fuese a otra parte. Recuerdo todos los golpes que me dieron solo por ser gorda. Recuerdo que ningún chico mostraba nunca interés por mi, ya que no les atraía físicamente, y parece ser que la personalidad poco les importaba. Aún recuerdo [y no voy a decir quién me dijo semejante barbaridad, por respeto hacia la persona] las palabras "con ese cuerpo jamás encontrarás a nadie que te quiera". Que hondo calaron aquellas palabras en mi. Y aunque sé que no es así, y que el que tenga que quererme me querrá como soy, reitero, primero he de quererme yo. Y no me quiero. Mi cuerpo me ha hecho infeliz durante años. ¡Qué cambio dió mi vida cuando adelgacé! En el momento estuve delgada muchísimos chicos coqueteaban conmigo, me invitaban a copas, mostraban interés por mi. Y conforme volví a engordar todo cambió de nuevo. No mas ligues, ni copás, ni muestras de interés. Y es que al parecer el físico es lo que realmente importa en esta sociedad, por mucho que digamos que no. La gente siempre me dice "venga, mujer, que lo importante no es el físico, es el interior". Mentira. Dime tu, querido lector, si te ponen dos chicas delante, una obesa y otra delgada, ¿con cuál tratarías de hablar primero? Quizá, tras tratar con la delgada te dieses cuenta de que es una antipática y la obesa es un encanto, pero estoy segurísima de que os fijaríais primero en la delgada. Igual que antes miramos un cuadro bonito que uno feo, aunque el feo tenga muchísimo mas encanto. Así son las cosas. Lo veo, porque tengo los ojos abiertos, y por mucho que la gente trate de consolarme diciendo que el fisico no importa yo no me chupo un dedo. Las cosas son como son, y no hay mas vueltas a darle.

lunes, 11 de mayo de 2009

Una obsesión....

A menudo nos miramos al espejo y descubrimos una imagen de nosotros mismo que no nos gusta ni lo más mínimo. A mi me lleva pasando eso desde los catorce años. Hasta entonces, ser gorda, nunca había supuesto un problema para mí. Antes de los catorce normalmente no nos preocupamos tanto por nuestro físico, pero al llegar a la adolescencia es cuando nos damos cuenta de que el físico, al ser lo primero que entra por los ojos, es muy importante. Cuando te miras al espejo y ves que estás gordo, o gorda, habiéndote metido en la cabeza durante años que lo bueno, lo bello, es estar delgado, te entra un sentimiento de culpa tremendo. En el momento en que me dije "quiero adelgazar" pensé que no sería complicado. Acudí a un especialista para hacer una dieta saludable. "Lo que tu tienes-me dijo-es un metabolismo muy lento, además de mucha retención de líquidos. No puedes estar delgada, pero te ayudaré a adelgazar todo lo posible y te ensñaré a comer sano." Así fué, al principio... adelgacé, adelgacé muchísimo, pero no hasta el punto que yo quería. Pronto las consultas orientativas desaparecieron, y pronto comencé a ir para que tan solo me dijesen "has perdido x peso, te veo el mes que viene". Me estanqué, y me deprimí, pensando que no podía adelgazar más. Pronto, devido a la mala orientación y la falta de consejos por parte de mi endocrino, volví a engordar. No quería seguir asi, asique acudí a otro especialista, que, al igual que mi anterior endocrino, me dijo que tenia problemas de metabolismo y retención de líquidos. Me enseñó a comer, a contar calorías e ir reduciéndolas en cada ingesta. Poco a poco, la comida se convirtió en mi obsesión. No podía comer sin sentirme culpable. Y aún hoy, con diecinueve años, la comida es mi obsesión. Mi reflejo, que aunque sé que estoy gorda, sigue mostrándome una imagen de mi misma que no es la que ven los demás. Soy consciente de mi sobrepeso, y de que no es excesivo. ¿Gorda? No, más bien rellena. Pero quiero tener un cuerpo perfecto, sea como sea. Quiero saber como soy realmente, cual es la imagen de mi que realmente ven los demás. La comida me ha hecho mucho daño. Es mi mayor enemiga, pues ha destruido mi vida y mi personalidad durante seis años, pero como suele decirse, ha ganado una batalla, no la guerra. Conseguiré mi propósito, sea como sea.

martes, 5 de mayo de 2009

Fallen Angel....



Algunas veces nos sentimos inseguros, sin nisiquiera tener motivos para ello... Estamos solos, pero podemos ver gente a nuestro alrededor. Nos hablan, pero no oimos nada, o mejor dicho, no escuchamos nada aunque lo oigamos. No introducimos dentro de nuestro propio mundo, lleno de enigmas y fantasmas del pasado, que irremediablemente, nos persiguen dia a dia. Y aunque, rara vez, consigamos escapar de uno de esos muchos recuerdos que nos atormentan, siempre siguen en nuestro subconsciente, esperando el momento oportuno para atacar de nuevo. Esto es lo que a mi me ocurre. Camino por sendas sin sentido, rodeada de luces que no me iluminan, de sonidos que no escucho, de almas que no me acompañan, en busca de algo que tenga sentido en este mundo en el que no encuentro mi sitio. Quiza algun dia, no se cuando, ni como, ni donde, encuentre mi lugar... hasta entonces llevo bien guardada en mi alma la poca esperanza que me queda. Es hora de abrir las alar y empezar a volar.